martes, 20 de agosto de 2013

Últimos Días por México y Llegada a Coruña

Ya estaba la plaza aceptada y ya estaba todo el papeleo hecho. Ahora sólo quedaba completar algún que otro detalle antes de salir hacia República Checa.

Lo primero que hicimos fue decírselo a nuestros amigos para informar del nuevo rumbo ¿inesperado? de nuestra vida. En México pudimos decírselo en persona a prácticamente todos, a la gente de España se lo dijimos por WhatsApp, mail o Facebook y, como aún teníamos un viaje pendiente a Santa Fe, NM, nos encargamos de decírselo en persona a los compañeros que siguen por aquellas tierras.



Todos nos dieron la enhorabuena y todos nos acabaron preguntando lo mismo: ¿Cómo os vais a hacer entender por allí? ¿sabéis checo? (bueno, a veces la pregunta se convertía en : ¿en qué idioma hablan allí?)

Las respuestas eran muy claras: "ni puta idea" y "no". En el instituto sabía que no iba a necesitar saber checo porque los alumnos a los que les iba a dar clase son totalmente bilingües así que, profesionalmente, no me importaba demasiado lo de idioma. Eso sí, a nivel personal (supermercado, cafeterías, bares, bancos...), sí íbamos un poco más acojonados aunque confiábamos en que hubiese gente que supiese hablar en inglés.

En eso también consisten las aventuras, ¿no? En no saber al 100% lo que te vas a encontrar.

Durante nuestras vacaciones de una semana, la primera de agosto, en New Mexico nos enteramos que yo tendría que estar en Olomouc la última semana de agosto y precisamente mi vuelo, a A Coruña, lo tenía planeado para el día 27 de agosto (llegada el 28)... no había forma de llegar a Olomouc en fechas. Para evitar mayores preocupaciones decidimos no estudiar fechas ni posibles cambios de billetes hasta llegar a México. Así que nos dedicamos a disfrutar con nuestro amigo Santiago de la ciudad que nos había acogido durante tres años y que había visto cómo nos dábamos el: "I do"


Al llegar a Sabinas Hidalgo (México) empezamos a estudiar las posibilidades que había para llegar a Olomouc:
Ya habíamos decidido que íbamos a llevar el coche hasta la República Checa porque a la hora de viajar nos iba a dar mucha más libertad y por lo que había investigado con el Google Maps y Vía Michelín el viaje era de 3 días, 28+3=31, fin de semana, o sea, que no.

Sólo quedaba una opción: cambiar los billetes de avión. Miramos los precios de cambio de los billetes, nos estábamos temiendo lo peor, y finalmente, a través del servicio de atención telefónica de E-Dreams pude hacer el cambio por "tan sólo" 400€, lo cierto es que estaba temiendo que me dijesen que no había posibilidad de cambiarlo o que el cambio fuese por la misma o mayor cantidad que un billete de ida y vuelta, así que cuando me dijeron ese precio hasta me pareció asequible... sobre todo teniendo en cuenta que el vuelo era Monterrey-México DF-Madrid-A Coruña. Mi billete ya estaba cambiado para el día 19 de agosto (llegada el 20) y eso me garantizaba unos días en Coruña para librarme del jetlag antes de salir de viaje.


Faltaba el billete de Saraí y las opciones eran dos: dejar el vuelo para el día en el que lo tenía (Monterrey-Madrid) y comprar el otro tramo hasta Praga o cambiar su vuelo e ir a recogerla a Madrid en coche antes de salir para República Checa.

Tuvimos que gestionar su cambio de billete directamente en las oficinas de Aeroméxico en Monterrey y en cuanto escuchamos el precio del cambio de billete (unos US$700) decidimos que la mejor opción era que utilizase el billete que tenía (para llegar el 30 a Madrid) y de allí compraríamos un vuelo para Praga, lo cual costaba algo menos de 200€.

El día 13 de agosto ya teníamos todo decidido acerca del viaje:

  1. El día 19 de agosto volaría yo desde Monterrey para llegar a Coruña el día 20. Descansaría en A Coruña hasta el día 23 y ese día por la mañana atravesaría España en dirección a Olomouc.
  2. Saraí se iría en la fecha que tenía prevista, 29 de agosto desde Monterrey y llegada el 30 de agosto a Madrid, para coger un vuelo el mismo día 30 desde Madrid a Praga.
  3. El día que ella llegase a Praga estaría yo esperándola en el aeropuerto para volvernos a Olomouc.
Se fueron acabando poco a poco las vacaciones y, el día 19, ya tenía todas las cosas preparadas para regresar a España.

El día 20, después de unas 18 horas de aviones, llegué a Coruña muerto de cansancio pero contento de estar en casa de nuevo.




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