martes, 27 de agosto de 2013

De A Coruña a Olomouc hay 3500 km

Eso no es del todo cierto, hay alguno menos pero la ruta que yo hice sí tenía todos esos kilómetros.

Y es que el viernes 23 de agosto ya tenía todo montado en el coche dispuesto a iniciar mi viaje que me iba a hacer cruzar medio continente europeo en coche.

Antes de montar todo en el coche tocaron las despedidas con los amigos que estaban disponibles esos dos días que yo pasé en Coruña. Logré despedirme de Juan el miércoles y de los amigos de la facultad (Iván, Jorge, Silvia y Mabel) el jueves. Cuando llegué el jueves por la noche a casa monté todo en el coche para, el viernes, poder salir sin entretenerme en nada más.

Pero el viaje no iba a ser directo, para el viernes aún me quedaba pasar por Melide a recoger algunas cosillas que había por allí, aprovechar para despedirme de los vecinos en esa media hora que paramos en casa y salir a Ourense para despedirme de mis tíos, primos y abuela.



A las tres de la tarde ya estaba rumbo a Alcalá de Henares donde me esperaban Alberto y Rosa para despedirse de mí también y darme alojamiento una noche más en España. Ese viernes salí de Coruña, pasé por Melide, Ourense, Madrid y Alcalá. El viernes por la noche, con el coche en el garaje de Alberto porque el coche iba ya cargado hasta los topes, salimos a tapear por Alcalá con Alberto, Rosa y sus primos.

El sábado tenía que ir a recoger unas cosas más a Corral así que me levanté por la mañana, fui hasta Corral, cargué más si cabe todavía el coche, me despedí de mi bar favorito, El Mónico (en el que me dieron como despedida un pincho de chuletillas de cordero, a parte de no cobrarme la caña) y volví a Alcalá para comer con mis amigos, echar una siesta y volver a poner el coche en la carretera para parar en mi siguiente destino.

Corral de Almaguer, Toledo, España
Alfaro, La Rioja, España
El siguiente destino fue la nueva casa de Álvaro: Alfaro. Allí me acogió durante dos noches y aproveché para despedirme de él, de Adela y de Pablo que ya están a punto de tener un hijo, Rodrigo. ¡Ah! y llené el coche un poco más con el nuevo libro de Álvaro: El Deseo y la Palabra. Un poemario del que ya había leído el manuscrito durante mis años de profesor visitante en Santa Fe y que ahora podía leer de nuevo en formato "libro de verdad".

Esos dos días fueron también de planificación del resto del viaje, y es que había estado viendo la ruta pero no había especificado los detalles de dónde parar a dormir. Así que durante esos dos días estuve calculando distancias, tiempos de viaje, horas que podría conducir (había que tener en cuenta que el jet lag seguía acompañándome en esos días)...


Finalmente me decidí a reservar hoteles por internet y no arriesgarme a que en alguno me dijesen que no había plazas. El lunes por la noche decidí que llegaría hasta Paray-Le-Monial (Francia) y dormiría en el "Comfort Hotel", un lugar en el que había internet gratis, aparcamiento (al aire libre pero dentro de los muros del hotel), y un gran desayuno-bufé por un precio más que razonable. Probablemente vuelva a parar en este lugar en alguno de los viajes que me quedan por hacer. Para el martes la ruta me llevaba a dormir a Plzeň ya en República Checa, en el hotel Ibis: aparcamiento al aire libre, internet en la habitación y un buen desayuno-bufé por un precio razonable... en éste no me quedé tan satisfecho como en el anterior y eso que me trataron bien y todo estaba muy limpio, es probable que al Ibis no vuelva de nuevo.

Pero bueno, esto era todo sobre el papel (aunque finalmente así fue), ahora faltaba empezar el viaje y poner kilómetros de por medio.

El martes a las 9:30am estaba ya en el coche con la idea fija en repostar en la gasolinera más barata de Tudela, realmente más barata, y poner rumbo a la frontera con Francia. Así lo hice y llegué a Irún sobre las 12:00pm.

 

Con una mezcla de "miedo-alegría-valentía-acojonamiento" pagué el peaje de Irún y después los cuatro o cinco que hay seguidos en Francia... a partir de ahí ya fue simplemente disfrutar los paisajes y poner atención a que no ocurriese nada extraño en la carretera.

Del viaje sólo destacar una de las estaciones de servicio en las que paré, Aire de Corrèze (A89, Francia), un lugar paradisíaco en medio de la carretera... muchos restaurantes donde elegir comida, parques alrededor, wifi gratis, juegos para los niños, muy limpio... espero acordarme del nombre para volver a parar allí en algún otro viaje. Ese día, sobre las siete de la tarde, llegué a Paray-Le-Monial cansado y con ganas de descansar.


Al día siguiente más de lo mismo con la novedad de que tenía que cruzar a Alemania y disfrutar de las autopistas de tres carriles y sin límite de velocidad (¡cómo pasaban los Mercedes, los Audis y los BMW silbando a mi lado! y eso que yo no iba despacio precisamente) y las áreas de servicio totalmente austeras con baños de metal. Antes de cruzar a República Checa reposté en € por última vez en una temporada.

Tras pasar la frontera y comprar la pegatina que te permite circular por las autopistas checas (por cierto, la frontera no es el mejor reflejo de este país) seguí mi camino hasta llegar a un McDonald's a conectarme a internet antes de seguir hasta Plzeň. Y es que ya en este país no entendía absolutamente nada de lo que me decían los carteles, menos mal que el GPS me lleva a cualquier sitio. Necesitaba serenarme un poco y pensar a dónde había llegado.

Una vez que me puse en contacto con los míos y ya me sentí con fuerzas seguí hasta el Ibis de Plzeň, a descansar y mañana a completar el camino.



A la mañana siguiente me di cuenta de dónde estaba a la hora del desayuno y es que no entendía nada de lo que se hablaba a mi alrededor y lo más sorprendente, de ser una persona medio-alta en España y alto en México, había pasado a ser del grupo de los enanitos... ¡vaya torres! ¡incluso las mujeres! Eso sí, ¡qué mujeres más guapas! (los hombres tampoco desmerecían nada) y cuanto pelo amarillo intenso... Ahora sí podía decir que "ha llegado a su destino".

A las diez salí del hotel y a las 13:30h del día 27 de agosto de 2013 llegué, por fin, a mi destino final: Olomouc, Česká Republika.

Pero claro, eso xa será parte doutra entrada que esta xa quedou moi longa.

1 comentario:

  1. El viaje es impresionante por todo: los países que tuviste que pasar, los kilómetros totales y QUE LLEVABAS EL COCHE QUE PARECÍA QUE VENÍAS DEL PASO DEL ESTRECHO!!!!!!!!!!!.
    De todas maneras es un viaje "muy tú", así que, a pesar de la paliza estoy convencido que lo disfrutaste, tanto como la llegada y la nueva aventura que estáis iniciando.
    Gracias por llevarte El Deseo y la Palabra contigo (y por nombrarlo acá). Es todo un honor que vaya a pisar la República Checa antes que yo (enséñaselo a otros profes españoles, no sea que les interese :P).
    Un abrazo!

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