domingo, 1 de septiembre de 2013

Recogiendo a mi Saraí

Ese día después de comer sí me metí en cama... pero fue imposible dormir ni cinco minutos. Mi cabeza sólo pensaba en que Saraí ya estaba esperando en Suiza para montar en el siguiente avión que la llevase a Praga.

A las seis monté en el coche y puse rumbo a Praga, el hotel ya estaba reservado y llevaba tiempo de sobra antes de que Saraí llegase al aeropuerto así que pasé por el hotel primero antes de ir a recogerla.



El hotel, Dolce Villa, estaba situado a las afueras de Praga (Praga 6), no muy lejos del aeropuerto. Pensé que el GPS me llevaría por los alrededores de Praga para ir hasta allí pero el GPS siempre me sorprende llevándome por sitios pocos verosímiles y esta vez, para no ser menos, me llevó por el pleno centro de Praga. Estoy convencido que tiene que haber una manera más directa de llegar sin tener que esperar a que se pongan los semáforos en verde pero en este último viaje desde España hasta República Checa aprendí que el GPS siempre me deja donde yo le pido y, aunque demos mil vueltas, es preferible hacerle caso, sobre todo cuando estoy en un sitio en el que no entiendo ni lo que me dicen los carteles.

De lo sorprendente de entrar en Praga destacaré la autopista de entrada que, de ser una autopista en la que se puede ir a 130km/h pasa a un tramo en el que tienes que ir a 50km/h sin que la autopista cambie en nada, es decir, sigue siendo una autopista con tres o cuatro carriles en cada sentido, con muros de protección a ambos lados, con rampas de entrada y de salida... lo único que cambia es que en las farolas empiezan a aparecer carteles de publicidad y que por los lados hay edificios de viviendas. Eso sí, hay carteles bien grandes que te dicen que la velocidad está controlada por radar (esos carteles sí los entendía) y debía ser cierto porque ni un solo coche se pasaba de la velocidad marcada. Al final de la autopista te metes directamente en una de las calles principales de Praga.

Generali Arena (AC Sparta Praha)
El GPS me hizo dar alguna vuelta por el centro de Praga e incluso pasé por al lado del estadio del AC Sparta de Praga y al lado de la estación de trenes. Finalmente me dejó en la puerta del hotel. Eso sí, me metió por una calle que sólo tenía árboles y curvas y que parecía que era la calle que llevaba al fin del mundo. Yo sólo pensaba, mira que como al final me diga el GPS que está perdido a ver qué hago para encontrarme... pero no, como ya dije, una vez más me llevó al lugar de destino (y se supone, eso no creo que sea cierto, que me llevó por la ruta más rápida).

Estación de Tren de Praga
Del hotel poco que decir, simplemente era un hotel que tenía un buen descuento y que incluía WIFI en la habitación y desayuno por la mañana. Llegué al hotel sobre las ocho y media y como aún quedaba un buen rato hasta que llegase Saraí pues me conecté a internet hasta que dieron las diez y cuarto. Ah sí, algo curioso que he visto en los hoteles de República Checa: no tienen la sábana de arriba, los edredones te los dejan doblados al pie de la cama (y lo digo en plural porque hay uno para cada persona), sacan la funda del edredón todos los días para lavarla, enfundan el edredón en la funda lavada todos los días y las camas, aunque la habitación sea doble, generalmente son dos 85cm pegadas.

Ya en el aeropuerto tuve que esperar como media hora a que saliese Saraí e irnos los dos a descansar al hotel. La pobre traía una cara de cansancio que no podía con ella y estuvo durmiendo hasta la hora del check-out al día siguiente.

El sábado según desayunamos y metimos todo en el coche nos fuimos directamente a Olomouc, la visita a Praga quedaría para otro día que aún nos quedaba tiempo por delante para volver y conocer.

Aeropuerto de Praha, PRG
El resto del fin de semana lo pasamos en casa descansando, la que más lo necesitaba era ella pero a mí un poco de descanso tampoco me venía mal así que lo único que hicimos de especial fue ir a comer un día al McDonald's con Antonio para que se conociesen y evitar tener que preparar nada de comer en casa. Al igual que en Praga, aún nos quedaba mucho tiempo para conocer Olomouc :)

Tras el fin de semana empezaría mi primera semana como profesor en República Checa... ya había ganas de empezar y ver qué tipo de alumnos tenía...

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