jueves, 30 de enero de 2014

Hablemos de Educación

A veces, entre tanto viaje, me acuerdo que he atravesado medio continente europeo para poder compartir mis conocimientos matemáticos con los alumnos.



El hecho de haber decidido estudiar la Licenciatura en Matemáticas y haber enfocado mi salida profesional hacia la educación me ha reportado experiencias muy agradables y enriquecedoras: empezando por el hecho de haber llegado a conocer a la juventud de diferentes partes del mundo, siguiendo con el hecho de haber complementado mi educación académica con la experiencia del trabajo diario, haber pasado infinitos momentos cabreado con los alumnos que únicamente están empeñados en molestar, haber pasado infinitos momentos encantado de ver cómo un alumno es capaz de resolver un problema que acabas de enseñarle, haber conocido diferentes partes del mundo y diferentes 'viajeros' que te explican cómo funcionan ciertas cosas en su país hasta lo que es, quizás, más importante para mí: que un alumno siga queriendo mantener el contacto contigo años después o esas veces que te dicen: gracias maestro.



Pero se me va la pinza... en esta entrada quería analizar únicamente el primer semestre de clases. Y es que coincidiendo con la semana de vacaciones después de Navidad (varía según los años y puede caer en cualquier momento entre la última semana de enero y la segunda de marzo más o menos) se les entrega las notas a los alumnos.

Al igual que en España y en USA, los últimos días son en los que recibes todos los trabajos retrasados, petición de más ejercicios para subir nota... Vamos, lo típico y, por supuesto, en República Checa no iba a ser diferente.

Sin embargo sí hay algunas diferencias que me llamaron la atención a principio de curso y a estas alturas me siguen llamando la atención: a día de hoy no he encontrado a ningún alumno que pase completamente de alguna asignatura (vamos, un alumno de cero de los que todos conocimos) y es que, algunos de ellos trabajan lo justo para que la media les de para un 4, recuerdo que en RC el sistema de calificaciones va desde 5 (suspenso) hasta 1 (sobresaliente), siendo el 4 un aprobado, aprobado que por otra parte está muy por debajo de lo que es en España (50%) o en USA (60%) ya que aquí el 4 se da a partir del 30% o 35%. Pero lo dicho, a pesar de ser tan bajo el listón los alumnos se esfuerzan por llegar a él.



Para ser totalmente justos hay que decir que los alumnos que intentan llegar al cuatro son minoría y, en general, todo alumno aspira a obtener de 3 (entre 55% y 60%) para arriba.

Aunque ya llevo aquí 6 meses, me sigue sorprendiendo el nivel de español de mis alumnos y cómo avanza de forma exponencial al pasar de un curso al siguiente... si es que la mente de la gente joven está increíblemente abierta a nuevos conocimientos. Supongo que no hará falta decirlo pero, indudablemente, los alumnos siempre hablan entre sí en checo pero no tengas miedo que hablando contigo no se les va a escapar ni una palabra en checo :)

Por lo demás, en la escuela han empezado a cambiar las ventanas del instituto y están poniendo ventanas de aluminio en vez de las viejas ventanas de madera que había. Están quedando bien pero la convivencia docencia-obras nunca se ha llevado demasiado bien en primer lugar por el ruido interfiriendo las clases y después por la inseguridad de estar rodeado de materiales de obra mientras estás en la escuela. Sí es cierto que van cerrando alas de la escuela alternativamente para las obras pero sigue habiendo zonas comunes que se llenan de materiales.



De hecho uno de los accidentes que hubo es que una puerta se cayó encima de una alumna mientras pasaba por las escaleras para ir a su clase en el piso de arriba. Afortunadamente no tuvo ninguna consecuencia para la chica pero pudo haber tenido otro final menos feliz.

A parte de las ventanas también van a pintar el colegio por fuera y renovarle un poco el aspecto exterior, viendo cómo pintan los edificios por esta zona del mundo se puede prever que el instituto va a adquirir un montón de colores distintos con un factor común: todos serán muy llamativos. Lo cierto es que me apetece ver cómo va a quedar exteriormente aunque sé que la parte de las obras serán ruidosas y me cabrearé alguna vez porque con tanto ruido no se podrá explicar nada decentemente. Pero bueno, a ver cómo lo gestionan.



Y poco más que añadir, sigo feliz de que mis pasos me trajesen a estas tranquilas tierras en las que, a día de hoy, no he visto ni un solo problema de disciplina de los gordos (hablar en clase o no atender ya los asumo como gajes del oficio).

Tras esta entrada... comeza a GRAN primeira viaxe por Europa, nada máis e nada menos que durante oito días.

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