Al día siguiente daban lluvia todo el día así que cogimos el paraguas y nos fuimos a la parada de metro más cercana y sacamos un par de pases para todo el día con el fin de poder llegar hasta Vieux Lyon y a los demás sitios que teníamos planeado.
Para llegar a Vieux Lyon tomamos un funicular y en cuanto salimos de la parada de metro nos encontramos de frente con la Basílica Notre-Dame de Fourvière y unos enormes miradores desde donde ver toda la ciudad. Vistas francamente buenas.
Entramos en la basílica y estuvimos dando una vuelta por la parte de arriba y, oh sorpresa, también había otra ¿iglesia? en la parte de abajo, de más o menos el mismo tamaño que la basílica que acabábamos de dejar encima nuestra.
Estuvimos como media hora dentro y cuando salimos notamos que estaba empezando a llover. Abrimos el paraguas y nos fuimos a ver el antiguo anfiteatro romano que quedaba a escasos 300 metros. Cuando llegamos la lluvia ya había arreciado y no nos quisimos arriesgar a mojarnos mientras estábamos por el anfiteatro donde, por otra parte, no había ningún sitio donde resguardarse. Así que esperamos un poco en el museo galo-romano a ver si paraba pero como no lo hacía nos fuimos a la otra parada del funicular para bajar, a lo que dicen ser la plaza más grande de Europa, Bellecour (a mí que me registren pero aquello no parece, ni de lejos, la plaza más grande de las que hemos visto, aunque claro igual hay que leer la letra pequeña de eso que reza 'la más grande', buscando resulta ser que es una de las plazas más grandes de Europa con forma rectangular y la más grande de uso exclusivamente peatonal o_o)
Lo cierto es que había empezado a llover y la lluvia no nos abandonaría ya en todo el día con lo que la visita a Lyon quedó eclipsada por el hecho de ir mojados a todas partes y con el paraguas perpetuamente encima de nosotros.
Pero aún así sacamos las ganas de seguir visitando y fuimos a comernos unos crepes y unos churros a la plaza principal de Lyon. En otras circunstancias habríamos ido a callejear un poco por las calles de Vieux Lyon y habríamos ido a ver la Catedral de Saint-Jean pero con tanta lluvia ni nos apeteció.
Desde la Plaza de Bellecour nos fuimos andando por una zona peatonal y entrando en las múltiples galerías que había para descansar un poco de la lluvia. Finalmente llegamos a un 'bouchon' que nos había recomendado Antonio para comer pero ya estaba cerrado porque era un poco tarde así que buscamos otro restaurante (un oriental) y estuvimos comiendo algo antes de seguir con nuestra visita bajo el agua.
Seguimos caminando hasta el Teatro, bonito edificio, y de allí tomamos un metro (funicular) hasta la zona de Creux Rousse. Después de parar en un buen mirador desde el que se podía observar Vieux Lyon, decidimos bajar a pie hasta la parte baja de la ciudad y desde allí dar por finalizada la visitar.
Después de la cena nos fuimos a descansar los huesos, al día siguiente nos quedaban unas cuantas horas hasta llegar a Olomouc.
La verdad es que fue una pena que el tiempo no nos diese ninguna tregua porque la ciudad tiene toda la pinta de ser digna de visitar, pero con tanta agua las cosas no se disfrutan. Quien sabe, a lo mejor volvemos en otro momento.
Al día siguiente salimos temprano con dirección a Alemania, y al igual que el día anterior, no nos dejó de llover durante todo el camino hasta que llegamos a República Checa. Ah claro, y en República Checa nos recibió la niebla bien espesa. El caso es que logramos llegar a Olomouc sobre las 8 de la noche del sábado 4, con ganas de descansar de los 6500 km (aprox.) que nos acabábamos de meter en dos semanas.
Ahora tocaba descansar durante una pequeña temporada hasta los nueve días que teníamos de vacaciones a finales de enero. Ya habíamos empezado a barajar diferentes lugares...
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